Desde la antigüedad, los artistas han utilizado todo tipo de trucos ópticos y juegos de perspectiva para engañar al espectador y crear imágenes que no puedan diferenciarse de la realidad. Desde entonces y hasta el momento, el trampantojo ha estado siempre presente, teniendo su época de esplendor en el Renacimiento y el Barroco.
A través de siete secciones de temáticas diversas que abarcan un marco cronológico de más de 6 siglos, La exposición Hiperreal. El arte del trampantojo propone una revisión de este fascinante género que todavía parece sortear las leyes de la óptica.
Marcos ilusionistas, huecos para curiosos, vanos o armarios con objetos que engañan al ojo, muros fingidos o esculturas y flores que muestran una habilidad y unas dotes pictóricas que en ocasiones nos hacen dudar de las fronteras entre realidad y ficción.